Después de unos días de sol y playa me digno a aparecer, jeje.
Y como no quiero enrollarme mucho, hoy vamos a hacer un post ligerito y facilito. Es algo que os prometí hace algún tiempo, cuando os presenté mi Tarta de Santiago.
El azúcar glass, glacè, en polvo o como lo queráis llamar, se puede conseguir ya en casi cualquier supermercado. Pero es un poco más caro que el azúcar normal y claro, cuando te pones a hacer más de una tarta... pues lo notas en el bolsillo.
Así que os propongo hacerlo en casa, de forma sencilla y ahorrándonos un dinerillo.
Buscando en los botes de los supermercados me fijé en que el azúcar glass que nos venden no lleva sólo azúcar.
El almidón de maíz, no lo andéis buscando por ahí porque ya os digo yo que es harina de maíz o, lo que es lo mismo, la MAIZENA de toda la vida.
Bueno, pues como estos son los ingredientes (azúcar normal y harina de maíz), vamos con el paso a paso.
PASO A PASO:
Os he hecho una especie de explicación gráfica pero, por si hay algo que no se entienda, os lo explico un poquito, sin enrollarme, lo prometo.
Os voy a explicar la receta para hacer 100 gramos de azúcar glass. Si queréis más, vais multiplicando.
Pesamos con una balanza exactamente 97 gramos de azúcar normal y por otro lado pesamos 3 gramos de harina de maíz.
Esto lo juntamos y lo metemos en un molinillo de café. Si tenéis una trituradora también se puede, o incluso en la Thermomix. Muy importante que esté muy seco.
Con unos segundos moliendo (unos 15 segundos), ya tendremos nuestro azúcar molido. Pero podéis dejarlo un poco más, cuanto más tiempo esté, más fino saldrá.
Parece magia, pero ya está. Para asegurarnos bien, tamizarlo con un colador.
Lo guardamos en nuestro bote y ¡listo! Ya podéis usarlo en todas vuestras tartas.
Espero que os haya gustado.
Besitos para tod@s,
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